Ahora que el aire existe, respiremos
aspirando lenta y profundamente
el perfume de la tierra envolvente,
mojada, abierta a ese cielo que vemos
tan límpido y azul que sí, queremos
volar libres en la suave corriente
y ser ahora brisa, luego torrente,
incendio y calma hasta que claudiquemos.
Hoy la noche murió sin enterarse
que se dejó las estrellas en brazos
del fuego, el aire, la tierra y el agua.
Y dibujaron al querer mezclarse
amaneceres a base de trazos
que fundieron con besos en su fragua.
DownTown
Ya te encontré
ResponderEliminarBesos y Mordiscos